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I
Antes, permítaseme ir por esta rama-cciotti.
La eliminación de un equipo argentino en la Copa Libertadores 2016 me devolvió el placer de tener sueños futbolísticos gratos, habida cuenta de la pesadilla que significa hoy ser de Independiente o lisa y llanamente hincha de la selección.
Cierta noche, a mediados de julio, soñé un sueño feliz. Soñé que tenía otra hija, y a esa hija la llamaba Del Valle. Ponerle Independiente adelante, en mi caso – y esto me lo decía a mí mismo en el sueño ̶ hubiese sido la más chanflona de las obviedades.
La indecisión jugaba el papel central de costumbre. Para los seres humanos, Del Valle es un apellido. En la literatura universal –Inclán – es un enorme y poco leído escritor fumón. En Panamá, una marca de jugos que nunca compro. Es una marca de sidra, en Argentina; una sidra con la que en púberes etapas de “sábana de abajo” nos agarrábamos los peores, anque mejores pedos.
No había (durante el sueño) más remedio que hacer uso de algún antecedente relacionado. Cristina Del Valle se presentó como una posibilidad, con sus bemoles. En sus esplendores ella hubiese merecido toda suerte de homenajes, además de los onanísticos. Aunque Cristina es ahora, vaya uno a saber por qué, un nombre que crispa los ánimos. Al final de la coyuntura onírica quedó Dorys (Del Valle), recordada ante todo por su larga relación un cómico nefando que supo hacer nefandísima dupla con Miguel Del Sel: me refiero a Emilio Disi, a quien la homenajeada calificó no hace mucho de sorete.
De cierta manera, esta es una somera retrospectiva sobre soretes medalleros de plata, silver sorongos. El protagonista es Messi, o el penal de Messi vs Chile (sorete dado por DRAE, el de Americanismos: Ar, Ur, porción de excremento).
II
Aquel tiro desde los doce pasos errado por el astro le aflojó los intestinos a los cagatintas de la hora, siempre prestos a levantar la mano como los olfas de la escuela primaria y decir yo, seño, yo. Hubo sin embargo tres artículos que me condujeron a una hipótesis de trabajo. Los resumo a continuación.
Por la banda derecha, La Nación, fiel a la estela del distanciamiento irónico de grupo Sur, le destinó al tema una de esas “balas que pican cerca” de la verdad, concluyendo que Messi “renunció para el hashtag”.
Por “el centro”, como un “9 mentiroso”, el diario deportivo Olé, en la pluma de Caparrós, lanzó un Ma sí para la tribuna lectora. Autor poco amigo del populismo, salvo que se trate de los colores de sus camisetas, su ejercicio weberiano fue intentar imaginarse “cómo es, para alguien que no sabe lo que es ser malo, haber hecho una burrada semejante”.
Página 12 ̶ a la izquierda de la pantalla señora ̶ optó por el reproche maquillado de chamuyo sentimental. Le dio la contratapa a Pablo Ramos, ganador de varios premios literarios. Su versión surrealista (realista del Sur) insinuaba, en forma estilizada, una teoría conspirativa. El penal había sido pateado a la sacrosanta bóveda celeste (y blanca) de Perón, Evita y Néstor, contra el actual presidente, Mauricio Macri.
III
Según un extraordinario libro que leí en la universidad, cuando el analista se propone explicar un fenómeno humano cualquiera, debe reagrupar los elementos del problema, creando un "campo de fuerzas" interpretativo. Figuras especulativas obtenidas de una construcción exagerada de la realidad, que compongan una "fantasía exacta".
A estos fines, retomé un concepto, muy popular en los años ´80, acuñado por el comediante Juan Carlos Calabró: el de “pelotazo en contra”. La posibilidad de separarlo, de descomponerlo en dos términos permite eludir su acepción habitual de contingencia, de hecho fortuito, y agregar al razonamiento la idea de causalidad ("pelotazo"), presuponiendo motivaciones de la acción, en este caso la hipotética premeditación ("en contra"). Mi "fantasía exacta" adorniana, pues, arrojó lo siguiente:
Messi vive una situación de encono con otro jugador. Ese jugador es Lucas Biglia. Ambos encabezan dos grupos, Garçones (con afrancesada “ç”) vs. Palomas (calzoncilleras). Este cisma ha sido acallado por la prensa, de común acuerdo. Lo que los opone, puede prestarse a confusión. No es el hecho de que uno (Biglia) sea decididamente malo para el otro (Messi). Ese parecer es de fácil aceptación. Biglia es malo, pero es bueno. Es bueno para sicologear compañeros y hacer causa común contra un ídolo de baja estatura temperamental, tarea para la cual no hace falta ser Jacques Lacan tampoco. Por esas cosas de la personalidad, Biglia es el único que en público se anima a decirle pechofrío, frozen, on the rocks, hollidays on ice, era de hielo, cubito, rolito, rolando. Ni Masche se atreve, temiendo por una merma en su abultado estipendio en el poderoso Barcelona.
A Messi eso le ha colmado la paciencia y lo ha llevado a una decisión: lo individual sobre lo colectivo, que su opulenta trayectoria culé desmiente y su desempeño en la selección confirmaría. El retruécano, la salida hiriente, la estocada venenosa no son su fuerte. La verba en general. Su elocuencia radica en “el lenguaje de los pies”. No soporta la idea de ver a Biglia levantar un título a costa suya, algo que nunca podría hacer por sí mismo, huelga decirlo. Está decidido a hacerlo escarmentar, sin importar el veredicto de la patria futbolera, que encima no acaba de representarlo. La ocasión es inmejorable. Las masas enronquecerán por xenofóbicas consignas sobre la guerra de Malvinas o las disputas limítrofes.
Messi no la tira a las nubes, no la saca de la cancha contra Macri. El parapéjico disparo es contra Biglia.
IV
De aquel árbol caído, no hubo quien no se llevara leña pal rancho. Valdano, ese oximorónico Borges futbolero, lo puso en los términos de “huir”; la figura, el técnico, etc. Habló de “una gran orfandad”. Aquejado de mal de borgismo desde su retiro, debió ser otro de sus clásicos estiletazos, quebranto de las defensas rivales de sus tiempos mozos. Porque, vamos, ¿quién no nos tiene de hijos ahora? Hasta Chile nos tiene. ¿Cuál orfandad? Ninguna orfandad. El sacrificio que hacen para estar en la selección, dijo Jorgito-Georgie. Faltaba más. Son humanos. No pueden ganar siempre. Es justo admitirlo. Tampoco pueden perder siempre, finales. No es humano. ¿O es de lesa humanidad?
Descubro esto: tirarla afuera. Maradona, el máximo ídolo deportivo nacional, siempre la tira adentro, dato constatable a través de su numerosa prole. El penal de Italia 90 contra Yugoslavia es un indicio. Freudiano, pero lo es. ¿A Baggio (otro jugo) le habrá pasado lo mismo por la cabeza en la final de USA 94?
Qué mal. Ahora los brasileños cantarían tetracampeao en vez del irritante, incontestable penta. Cuántas sensaciones encontradas, caray.
Posdata
Bauza marchó antes de que este escrito hubiese encontrado forma definitiva. Su designación como DT de la selección dio tela para cortar. ¿No era un burro más en la tropilla que nos dirige desde la función pública? No veo por qué desgarrarse las vestiduras por esto.
Se barajó el nombre de Burruchaga para ayudante de campo. No se dio. Les hubiera aportado mucho a delanteros como el Pipita Higuaín, por quien, se dice, la Juve no deja de rechazar ofertas "gastronómicas" para que vaya a comerse goles hechos a otro club.
Burru les habría enseñado que el botín derecho va en el pie derecho, y viceversa. Cosas así.